Estoy hablando de Jean Nouvel, ganador del premio Pritzker en 2008 —considerado como en Nobel de la arquitectura— que esuno de los arquitectos franceses más reconocidos en el ámbito mundial y cuya obra ha sido determinante para que Francia esté en el mapa de la arquitectura contemporánea de los siglos XX y XXI.
Siempre me ha fascinado la arquitectura, pero hubo un tiempo en el que literalmente era el pan de cada día para mí, pues era editora de dos revistas. La primera, especializada en construcción y arquitectura. La segunda, en diseño interior.
Ese maravilloso trabajo me llevó a distintos puntos del planeta y uno de ellos fue la ciudad italiana de Milán, cuna del diseño y sede del Salón Internacional del Mueble, el punto de encuentro más importante del mundo entre arquitectos interioristas, diseñadores industriales, decoradores, diseñadores de iluminación y otros cuantos profesionales del mundo fascinante de crear espacios.
Yo tenía varias misiones, demasiadas en realidad porque nunca olvidaré las jornadas de 14 horas continuas de trabajo en dos usos horarios distintos. Una de estas misiones era entrevistar a Jean Nouvel quien era el protagonista del Salon de Oficinas, una bienal que presenta las nuevas tendencias en materia de diseño de espacios de trabajo.
El arquitecto francés tenía una propuesta seductora: trabajar en espacios que fueran lo más parecido posible a tu propia casa. El equipo de relaciones públicas del arquitecto era muy estricto, así que había que ser muy puntuales. Era mi primer día en Milán, no conocía el metro, y había dormido poco más de cuatro horas, sin contar con el jet lag.
Sin embargo, la emoción de conocer a una estrella mundial de la arquitectura me motivó a levantarme a las 6.30 am para tener tiempo de explorar el mapa del metro y llegar a tiempo a la cita, que era a las 9 am, dos horas antes de la inauguración oficial de la exhibición de Nouvel, que era la más importante en el Salón Internacional del mueble.
Como buena editora de revista de arquitectura, yo ya sabía que Jean Nouvel era capaz de crear edificios impresionantes, como el Instituto del Mundo Árabe en París, pero que también podía crear espacios interiores innovadores, mobiliario funcional y moderno, y hasta calzado pues ese año, en las actividades que plagaban la ciudad de Milán, estaba la presentación de unos zapatos deportivos diseñados por el genio francés. También ya sabía que estaba en proceso de construcción el impresionante edificio que sería la nueva sede de la Orquesta Filarmónica de París, cuyos elevados costos comenzaban ya a generar polémica.
Conseguir la entrevista no había sido tan difícil. No logré que fuera exclusiva, sin embargo, yo sabía que la clave estaba en tener los ojos y los oídos bien abiertos para que cuando me tocara el turno de hacer preguntas, fueran certeras, para dar el ángulo que yo ya había definido de mi reportaje, y no necesitar más de cinco preguntas para construirlo. A veces así se tiene que hablar con las estrellas, porque Jean Nouvel es eso, un arquistar.
Aproximadamente 10 reporteros seguíamos a Nouvel mientras nos explicaba cada uno de los espacios que había diseñado para la exposición. Finalmente, nos detuvimos para poder hacer preguntas. Como yo casi no había dormido y además parecía pulpo grabando video, haciendo fotografías, grabando audio y tomando nota, decidí sentarme en el piso, de la manera más natural. De inmediato sentí cómo los ojos del arquitecto se clavaron en mi. No sabia si era para bien o para mal, pero con mi acto de desfachatez había logrado atraer su atención.
Así que cuando llegó el momento de hacer una pregunta, aunque muchos levantaron la mano, Nouvel señaló la mía y dijo: quiero escuchar a la periodista mexicana que está muy cansada.
Todos rieron. En efecto, Jean Nouvel sabía que una periodista mexicana quería hablar con él porque llevaba meses persiguiéndolo por todas las vías de comunicación posibles, pero sabía que había sido más mi descaro de tirarme al suelo sin disimular que en mi país aún era de madrugada, lo que le hizo tener el gesto de concederme más respuestas que a nadie en aquella entrevista.
Ya en este 2015, dos años después de aquel encuentro con Nouvel, yo anhelaba con asistir a la inauguración de la nueva sede de la orquesta parisina, que fue el pasado 14 de enero, sin embargo, por circunstancias personales, me fue imposible atender la invitación, que no me llegó del despacho de Nouvel, sino de parte del ayuntamiento de París.
Cuando me enteré que el genio detrás del imponente edificio, había declinado la invitación a asistir a la inauguración de su propia obra, recordé la primera impresión que Jean Nouvel me dio. Era un hombre de firmes convicciones, perfeccionista, consciente de su talento y su conocimiento. Paciente pero exigente.
Jean Nouvel no fue grosero, pues explicó tanto en una columna que él mismo escribió y publicó el diario Le Monde, como en una nota de prensa que se puede leer en su sitio de internet, las razones por las cuales había decidido no asistir. En realidad, se resume a una sola: el edificio no está terminado.
El arquitecto asegura que "no hubo pruebas acústicas de la sala de concierto y el calendario no permitió que los requisitos arquitectónicos y técnicos fueran respetados”, a pesar de que él hizo serias advertencias de las consecuencias que esto tendría desde hace dos años.
Nouvel también escribió esa nota para deslindarse del elevado costo final de la obra y atribuyendo el sobrecosto a retrasos relacionados con los arbitrajes públicos. Así que para Nouvel no hay nada que festejar pues la obra estará completa hasta el otoño de 2015 y entonces sí, será momento de tener una inauguración digna.
Pero París es eterna y en 2015, el nuevo recinto que acoge a la Orquesta Filarmónica de París será sólo una de las novedosas atracciones para quienes puedan visitar la Ciudad Luz.
La oferta de exposiciones será sin igual lo mismo en los museos más famosos como el Musée du Louvre, que albergará una muestra de la obra de Nicolas Poussin, o del Grand Palais que recibe lo mismo la obra de Velazquez que las creaciones del diseñador Jean Paul Gaultier.
Los amantes del arte contemporáneo también tendrán lo suyo pues podrán admirar una retrospectiva de la obra de Andy Warhol en el Museo de Arte Moderno y una muestra de las esculturas que le han dado fama a Jeff Koons, en el incomparable Centre Georges Pompidou.
Otros museos se renovarán, como el Picasso, mientras que el Museo del Hombre reabre en noviembre.
París también es gastronomía, por supuesto, y en ese rubro también hay novedades para los viajeros de 2015, como la reapertura de L'Alsace en los Campos Elíseos y la cocina de Eric Frechon en la estación de tren Saint-Lazare (el primero en su tipo). No en vano es la ciudad más visitada del mundo y, aunque el luto por los atentados terroristas continúa, lo cierto es que como dice la canción ¡París siempre será París! (Paris sera tojours Paris).