“La violencia es el último recurso del incompetente.”
-Isaac Asimov-
La violencia es inherente al ser humano. El conflicto convive con nosotros, hombres y mujeres tenemos conflictos internos que después se pueden convertir en una tormenta cuando los llevamos a la esfera de la pareja o de la familia. Esos conflictos se pueden convertir en violencia. Esa violencia se puede manifestar de diferentes maneras. Además del maltrato entre parejas, ésta puede llegar al maltrato infantil.
Es obvio decir que la violencia ya existía antes de la pandemia, sin embargo, ahora, con el encierro que padecemos, se está manifestando más y con más fuerza en la familia.
Recientemente se desarrolló el Foro Virtual sobre Violencia Familiar, y se tocaron varios temas. Se mencionó que hay muchas personas que perdieron sus empleos y, por tanto, esto desemboca en el deterioro de la salud mental de los trabajadores, por ejemplo, y como consecuencia, esto trae como consecuencia, en casa, eL maltrato a los menores. Y, a contrario sensu de lo que podríamos suponer, han disminuido las llamadas para pedir ayuda por violencia familiar. Por esta razón, se propone que los cuerpos policíacos acudan a los domicilios en los que, se sabe, hay violencia familiar.
Actualmente, debido a las medidas de seguridad para contrarrestar la pandemia, se están dando muchos problemas y hay muchos cuestionamientos en la sociedad. Sobre todo, en los grupos vulnerables.
La gente se pregunta: ¿Qué va a suceder con la educación de nuestros hijos? ¿Quién nos va a ayudar ahora que hemos perdido el empleo? ¿Tendremos suficiente comida? ¿Qué va a pasar después de la pandemia? Y, si todo esto, además, se manifiesta con violencia, seguramente empeorará. el miedo, la ansiedad, la tensión económica y el confinamiento en las casas pueden ser detonantes de la misma.
Si antes los chicos no veían frecuentemente a sus padres en sus discusiones, es muy probable que ahora estén siendo testigos de algo que traerá consecuencias en su comportamiento futuro. En estudios que se han realizado, en los que los menores manifiestan lo que han presenciado, estos son los hechos referidos por ellos.
De mayor a menor incidencia: Insulta o dice malas palabras, le arroja objetos, la empuja, le da cachetadas, la patea, la golpea, la ha tratado de estrangular, la ha acuchillado, y, por último, le ha roto la ropa.
Renny Yagosesky, decía que “la violencia es un animal incontrolable, que suele terminar atacando a su propio amo”. La violencia acaba por destruir todo. Todo. Pero al final, también acaba con el violentador. Por ello, tenemos que actuar en consecuencia. Hace unos días, un grupo de mediadores del estado de Morelos, entre ellos “Conversare”, la Asociación de Mediadores Públicos y Privados del Estado de Morelos A.C. y otros, sostuvimos una reunión virtual con Andrea Casillas Legarreta, mediadora pública y moderadora de este encuentro, en la que se tocaron varios temas, y éste, sobre violencia familiar en los tiempos del Covid 19, fue el más sobresaliente.
Para los que no queremos violencia en nuestras familias, aunque siempre habrá conflictos, se habló de diversas estrategias a aplicar: Primero que nada, tenemos que establecer un diálogo con respeto, dar tiempos para hablar sin interrupciones y sin descalificaciones, bajar el nivel de ansiedad, la toma de decisiones, en momentos como los que atravesamos es de fundamental importancia. Una vez tomados los acuerdos, habrá que anotar los compromisos a los que cada miembro de la familia se compromete. La persona a quien se le tenga más respeto será quien maneje los mismos.
Lo importante es que las reglas las ponen todos los miembros de la familia. No son reglas coercitivas o punitivas. “Si no haces esto te va a pasar esto”.
Para el caso de personas, mujeres, sobre todo, que ya viven en situación de violencia, también hay formas de proceder. Primero vale la pena hacer una red, un grupo de whatsapp en la que haya personas de confianza a las que se les pueda llamar en caso de violencia, usando una o dos palabras clave para que entiendan que están en riesgo. De igual manera, las instancias de gobierno como el DIF pueden ayudar en situaciones extremas.
Las estadísticas manifiestan que hay un día que es curioso, el domingo. Se dice que es un día caótico para muchas familias donde se padece violencia familiar. Es un día de frustración, la inminencia de la jornada que inicia el lunes agudiza las probabilidades de violencia. Y ahora, con la contingencia, pareciera que todos los días son domingos.
Pongamos lo mejor de nosotros para vivir de una mejor manera a pesar de la crisis. Esto será en beneficio propio y, por consecuencia para los miembros de nuestra familia. Trabajemos para lograr una cultura de la paz para el buen vivir.