“Mi ideal político es el democrático.
Cada uno debe ser respetado como
persona y nadie debe ser divinizado.”
Albert Einstein.
A pesar del problema de la pandemia que estamos viviendo, la vida y las instituciones deben continuar. En esta columna semanal siempre hablamos de temas que tienen que ver con la sana convivencia desarrollando una cultura de paz.
La democracia es parte esencial de la cultura de paz porque, como decía Enrique Múgica, la democracia no es el silencio, es la claridad con la que se exponen los problemas y la existencia de medios para resolverlos. Es la participación de todos de manera activa para vivir mejor en sociedad. Sé que todavía hay quienes piensan que la definición de democracia es aquella de elegir a alguien, y ese alguien que vea cómo le hace para solucionar las cosas porque por eso fue elegido. Y al político tradicional sólo le importa el voto. Y muchas veces su beneficio personal. Luego él podrá hacer las cosas como mejor le parezcan. Eso se llama “democracia representativa”, y tal concepto, ha quedado atrás desde hace muchísimos años, aunque la sigamos interpretando y usando así hoy en día en nuestro país.
La pandemia nos está enseñando el camino. Las cosas ya no podrán seguir siendo como antes. Ahora sí es el momento de implementar lo que se llama “democracia participativa”, es decir, ahora no sólo importa el voto, también importa la voz del electorado, permite mayor participación de la gente porque conoce muy bien los problemas que afectan a su comunidad. Y los representantes electos deberán tomar en cuenta estas opiniones para vivir mejor en comunidad.
Mediante la democracia participativa el electorado se dará cuenta de quiénes son aquellos representantes que de verdad trabajan en beneficio de sus comunidades y lentamente, pero de manera contundente, los parásitos y los dinosaurios tendrán que desaparecer.
Este es el momento del poder ciudadano. Ya no debemos permitir que las autoridades pasen sobre nuestros derechos. El trato entre autoridades y particulares debe ser entre iguales, como dice Ulrich Ritcher Morales en su libro del mismo nombre. ¿Y cómo comenzamos?
Comparto el punto de vista de Richter Morales: “Respetarnos y respetar a quienes nos rodean y cumplir con las reglas de convivencia y de tránsito hasta lograr que el gran movimiento ciudadano sea el ejemplo a seguir y pueda revertir la situación que hoy impera en México.”
Mediante la implementación de una verdadera democracia se contribuye a una cultura de paz, porque, volviendo al autor, “los valores de la democracia como la tolerancia, la igualdad y el diálogo permanente, nos ayudan a entender este sistema de gobierno y nuestra realidad social. Contribuyen a alejarnos de tentaciones como la violencia, la cual sólo destruye y divide a la población.”
Lo bueno de la democracia es que, si como comunidad nos equivocamos en una elección o en soluciones que pensamos que serían las adecuadas, podemos volver a votar para elegir el siguiente camino, Pues recordemos que en la vida siempre habrá algunas cosas que tengamos que modificar para continuar.
Sigo insistiendo en que todos los males de la democracia pueden curarse con más democracia, como argumentaba Alfred Emanuel Smith.
Este es un momento disruptivo. La pandemia está haciendo que las cosas cambien. Y si tiene que cambiar, que sea para mejorar. Yo veo unas elecciones atípicas. El proceso electoral tendrá que cambiar. No se podrán realizar mítines como antes. Los políticos tendrán que modificar sus estrategias y llevarlas al plano virtual. La estrategia política pasará de la calle y el recorrido por las comunidades al plano de las redes sociales, Instagram, Youtube, Facebook y todo lo concerniente.
Hoy con la pandemia se han agudizado las crisis de todo tipo. Hay más pobreza, más violencia, más hambre, más desempleo, más corrupción, más influyentismo, mayor incertidumbre en el futuro y más de todo lo malo. Urge hacer resurgir la esperanza. Esta es una gran oportunidad para ser más creativos y propositivos. La impaciencia y el descontento social podría irse a un extremo diferente. A propuestas verdaderamente sociales que mejoren la vida de las comunidades y la sana convivencia.
Joe Biden en su toma de posesión como presidente de los Estados Unidos, habló de la democracia participativa, y mencionó: “Nuestro futuro no puede depender solo del gobierno. Las soluciones definitivas se encuentran en las actitudes y acciones del pueblo estadounidense.”
Estoy totalmente de acuerdo. Este es el momento en el que sociedad y gobierno comiencen una nueva era para lograr la verdadera democracia y una cultura de paz.