“Un político mira a las próximas elecciones.
Un estadista mira a la próxima generación.”
Alcide De Gasperi
A mediados del siglo pasado, Alcide De Gasperi ya había demostrado la diferencia entre el político y el estadista. De hecho, se le considera como "padre de Europa". Contribuyó decisivamente a la creación de la Comunidad Europea. Fue ministro de Asuntos Exteriores y presidente del Consejo de Ministros de Italia, así mismo, fue fundador del partido Democracia Cristiana y último secretario del Partido Popular Italiano. De 1945 a 1953, y dirigió ocho gobiernos sucesivos.
Y justamente, ese ha sido el problema de nuestro país, y por supuesto, de nuestro entorno local. Valdría la pena, no solamente hacer un análisis de los políticos de nuestras comunidades, sino también escudriñar entre las personas que no se dedican a la política, y que, sin embargo, tienen vena de estadistas.
Es importante analizar estas palabras de De Gasperi. Y revisar, sin irnos tan lejos, en la escena local, si tenemos políticos o estadistas. Creo, salvo prueba en contrario, que sólo tenemos políticos. No he encontrado a nadie que piense en el futuro. Ese futuro que afectará a las próximas generaciones para bien o para mal. Y, de hecho, me atrevo a confirmar, que por eso estamos como estamos. Muchos políticos, sólo llegan para ver cómo pueden beneficiarse ellos y sus más cercanos. Exprimir las arcas a su antojo y a llevarse todo lo que se pueda sin pensar en los demás. Y, para no herir susceptibilidades, obsérvese que he dicho, muchos, debe haber algunas excepciones. Seguramente.
Pero por el momento, es como pedirle peras al olmo. Sin embargo, ya es necesario que se piense seriamente en este tema. Urgen estadistas que miren el futuro y sus consecuencias para quienes vienen detrás de nosotros. Si no ponemos atención, seguiremos empeorando de tal manera que sufrirán las consecuencias de nuestro comportamiento y nuestra falta de previsión para el futuro.
La necesidad terrible con respecto al agua, por ejemplo, en Cuernavaca, así como en Xochitepec, y estoy seguro que en otros municipios también, va in crescendo. Me pregunto qué pasará en el futuro cercano si no se logra poner coto a este problema. ¿Se imaginan que llegáramos a un punto en el que nos quedáramos sin agua? ¿O, en el peor de los casos, que llegara el momento de privatizarla y que sólo tuviera acceso a ella quien pudiera comprarla? Ya sucedió en Bolivia a principios de este siglo. Y quien quiera tomarse el tiempo de ver este caso de la “guerra del agua”, les dejo este vínculo para que se enteren: https://www.youtube.com/watch?v=Vqc3N-qrzDA
Es por eso y por otras razones de tipo social, que quienes se dediquen al arte de la política, lo hagan con la visión del estadista, y que no sólo participen de manera oportunista o coyuntural cada vez que haya elecciones.
Sólo nos quedan dos semanas. Tiempo en el que debemos analizar concienzudamente quién es la persona y equipo que nos va a representar en el gobierno municipal y en los congresos local y federal que de verdad defenderá los intereses de la sociedad. Ya estamos hartos como sociedad de enterarnos de las negociaciones entre ellos para seguir haciendo de las suyas. Hemos escuchado frecuentemente cómo venden las candidaturas los partidos políticos, hemos sabido de las negociaciones para financiar campañas y dar puestos en caso de ganar las elecciones… En fin, acciones que debemos desterrar para comenzar por la ética para gobernar. Carlos Gaviría decía que el que paga para llegar, llega para robar y que esas personas jamás combatirán la pobreza porque necesitan de ella para ganar las elecciones. Y lo peor, se pregunta: Si la democracia es el gobierno de las mayorías, ¿cómo es posible que las mayorías estén desprotegidas y se encuentren en la pobreza o en la miseria?
Así que, a pensar muy bien el voto porque el que se verá afectado es el futuro de los nuestros.