"Mientras unos intentan olvidar
otros luchan por recordar”.
Anónimo
En la vida siempre hay momentos de cambios bruscos, Momentos en que de repente nos damos cuenta que todo ha sucedido vertiginosamente, y en algún lugar nos perdimos. Esa es la vida.
John Lennon lo dijo en su canción “beautiful boy”, canción de cuna que le escribió a su hijo Sean y que, de hecho, el pequeño fue la razón por la que John dejara a un lado su vida artística para dedicarse por completo a cuidarlo y educarlo: “la vida es lo que sucede mientras estás ocupado haciendo otros planes” .
Y así sucedió. Lennon le dedicaba su vida al pequeño Sean mientras componía algunas canciones. Después de cinco años de cuidarlo, en 1980 graba su álbum “double fantasy”, y el ocho de diciembre de mil novecientos ochenta, al regresar a casa lo mata un fan que estaba mal de la cabeza.
La vida nos cambia de un momento a otro. Y peor ha sido con la pandemia que nos tocó vivir. El sábado pasado estuve en una reunión con amigas y amigos muy queridos. Primera reunión desde que inició la pandemia. Somos los mismos, con la misma querencia y amistad. Pero ya no somos los de antes. Todo cambió para muchos de nosotros.
Por ello, sigo pensando que debemos vivir al máximo. Con mucho amor y alegría cada momento de nuestras vidas. Antes de que te vayas, ve y vive la vida. Después no habrá después.
Escribo esto mientras ensayamos con el grupo musical que formamos cuando teníamos diecisiete. Bueno, ellos ensayan mientras yo escribo. Hemos decidido reunirnos y volver a disfrutar de la música como lo hacíamos de jovencitos. Disfrutar hasta que el cuerpo aguante. Reírnos y contarnos nuestras historias. Esas que se fueron creando cuando comenzamos a vivir nuestras propias vidas.
Y lo que sigue es una reflexión que he guardado por un buen tiempo y que hoy, en este momento me queda como anillo al dedo.
Cuando mueras no te preocupes por tu cuerpo... tus parientes harán lo que sea necesario de acuerdo a sus posibilidades. Ellos te quitarán la ropa. Te van a lavar. Te van a vestir.
Te van a sacar de tu casa y te llevarán a tu nueva dirección.
Muchos vendrán a tu funeral a "despedirse". Algunos cancelarán compromisos y hasta faltarán al trabajo para ir a tu funeral.
Tus pertenencias, hasta lo que no te gustaba prestar, serán vendidas, regaladas o quemadas.
Tus llaves, tus herramientas, tus libros, tus cds, tus zapatos, tu ropa. Y ten por seguro que el mundo no se detendrá a llorar por ti.
La economía continuará. En tu trabajo serás reemplazado. Alguien con las mismas o mejores capacidades asumirá tu lugar.
Tus bienes irán a tus herederos. Y no dudes que seguirás siendo citado, juzgado, cuestionado y criticado por las pequeñas y grandes cosas que en vida hiciste.
Las personas que te conocían dirán; ¡Pobre hombre! o ¡Él se la pasaba muy bien! o ¡Era una gran persona!
Tus amigos sinceros van a llorar algunas horas o algunos días, pero luego regresarán a su vida normal.
Los "amigos" que te jalaban a las pachangas se olvidarán de ti más rápido. Y tus animales se acostumbrarán al nuevo dueño.
Tus fotos por algún tiempo quedarán colgadas en la pared o seguirán sobre algún mueble, pero luego serán guardadas en el fondo de un cajón. Alguien más se sentará en tu sofá y comerá en tu mesa.
El dolor profundo en tu casa durará una semana o dos, un mes o dos, un año o dos. Después quedarás añadido a los recuerdos y entonces, tu historia habrá terminado.
Habrá terminado entre la gente, habrá terminado aquí, habrá terminado en este mundo.
Pero comienza tu historia en tu nueva realidad. En tu vida después de la muerte. Tu nueva vida a donde no te pudiste mudar con las cosas de aquí porque, además, al irte, perdieron el valor que tenían: cuerpo, belleza, apariencia, apellido, comodidad, crédito, estado, posición, cuenta bancaria, casa, coche, profesión, títulos, diplomas, medallas, trofeos, amigos, lugares, cónyuge, familia...
En tu nueva vida solo necesitarás tu espíritu. Y el valor que le hayas acumulado aquí, será la única fortuna con la que contarás allá.
Esa fortuna es la única que te llevarás y se amasa durante el tiempo que estás aquí, cuando vives una vida de amor hacia los demás y en paz con el prójimo, porque con ello estás amasando tu fortuna espiritual.
Por eso intenta vivir plenamente y sé feliz mientras estás aquí porque después no habrá después: "De aquí no te llevarás lo que tienes. Sólo te llevarás lo que diste"
¡Así que a vivir! ¡Sólo se trata de vivir!