"Las mujeres con buen
comportamiento rara vez hacen historia.”
Eleanor Roosevelt
Si bien no estamos celebrando el día de la mujer, hoy quiero aprovechar el momento histórico en que nos encontramos a nivel académico universitario. Y, además porque cada vez se hace más evidente y necesaria la equidad para tener una verdadera justicia y libertad sociales.
He estado leyendo noticias, relatos, viendo videos y fotografías de la lucha de las mujeres para ser incluidas en este mundo machista que vivimos. He comprobado, sintiéndome indignado de todas las agresiones a las que se enfrentan las mujeres con esos malnacidos que las cosifican y que les dan un trato indigno. Y lo he sentido muy de cerca por algunas cosas que le han sucedido a mi hija y que no estoy dispuesto a tolerar.
Y también debo decir que viví esto de manera personal en mi familia. Algunas y algunos de ustedes ya lo saben porque he tocado el tema en esta columna y en algunas de mis pláticas y conferencias. Y también debo confesar que, al principio, cuando era niño, me parecía “normal”, porque era la regla. Las mujeres se quedan en casa y se deben encargar del hogar y de los hijos. Yo como hombre puedo hacer lo que quiera y a la hora que quiera. El hombre, como “proveedor” del hogar es quien pone las reglas. Puede salir a la hora que quiera, estar con sus amigos o con otras mujeres mientras la pareja debe permanecer encerrada. No podía ser de otra manera, hasta las películas y las canciones de mi época reforzaban esa narrativa machista que era bien aceptada por la mayoría, tanto por hombres como mujeres, y, que, con el paso del tiempo, fui rompiendo para ser el que soy. Aunque, seguramente todavía tengo rezagos machistas, de los que, obviamente, no me enorgullezco.
Las mujeres tienen que seguir manifestándose. Así lo han hecho y lo seguirán haciendo hasta romper la brecha que tenemos en la actualidad.
Las estadísticas son contundentemente trágicas: En 2020 ningún país ha logrado todavía la igualdad de género real, habiéndose empeorado la situación mundial debido a la crisis de covid-19. Sólo el 47% de las mujeres del mundo están empleadas, y sigue existiendo un 23% de brecha salarial entre hombres y mujeres; en promedio, las mujeres ganan entre el 60% y el 75% de lo que ganan los hombres; el 70% del analfabetismo y de la pobreza en el mundo tiene rostro femenino; en el 2021, solo veintiun mujeres son jefas de Estado o de Gobierno; sólo un 50% de las mujeres puede decidir utilizar métodos anticonceptivos o negarse a tener relaciones íntimas; todavía representan el 75% de los progenitores solteros, y aún son sometidas al matrimonio infantil y a la mutilación genital; entre el 60-70% de la producción agrícola en el mundo proviene del trabajo de las mujeres, pero ellas apenas tienen acceso a la propiedad de la tierra, lo que las deja en una compleja situación de vulnerabilidad; y el 80% de las personas desplazadas por la crisis climática son niñas y mujeres.
Afortunadamente las cosas van cambiando, aunque todavía nos falta mucho por hacer. Pero como lo dice el epígrafe de esta columna, “las mujeres con buen comportamiento rara vez hacen historia.”
Y así, de esta manera, y después de ver que siempre se elegía a un hombre para la dirección de la Facultad de Derecho y C. S. de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, una mujer se atrevió a desafiar una regla no escrita en la que siempre “destacaban” los hombres.
La doctora Carlota Olivia de las Casas Vega ganó un amparo para que una mujer sea quien dirija la Facultad de Derecho en este período que se avecina. Con más de treinta años de trayectoria profesional y docente, y siempre participando en la vida académica universitaria y como postulante, tiene, además del deseo legítimo de ser directora, un proyecto que vale la pena implementarlo para beneficio de la academia y, por tanto, de nuestra alma mater.
Este es el momento de las mujeres (siempre lo ha sido). De aquí en adelante habrá un precedente que toda la sociedad recordará. Este momento es crucial para que todas las mujeres dedicadas a la academia en la Facultad de Derecho y C. S., así como en todos los ámbitos de la sociedad demuestren su sororidad a la doctora Olivia de las Casas para ser la próxima directora de la Facultad ya mencionada, ya que ha abierto las puertas de la participación de la mujer de aquí en adelante en las actividades directivas. Y también es el momento de los hombres que buscan la equidad de género como parte de la cultura de la paz que tanta falta nos hace. Siempre será mejor si participamos todas y todos. Ya lo decía Sheryl Sandberg, economista estadunidense: “Si la mitad de nuestras empresas fueran dirigidas por mujeres y la mitad de nuestros hogares por hombres, las cosas serían mejores”.