"La cultura es la memoria del pueblo,
la conciencia colectiva de la continuidad
histórica, el modo de pensar y de vivir.”
Milán Kundera
Estas son fechas especiales que nos hacen recordar nuestra historia, preguntarnos de dónde venimos, de dónde somos, qué somos. Qué nos define como mexicanos.
Nunca me cuestioné tal cosa hasta que comencé a dar clases de español a extranjeros. Tenía diecinueve años y mis primeros estudiantes eran europeos. Ahí descubrí muchas cosas que antes no me había planteado.
Ellos decían que les gustaba mucho la cultura mexicana porque los mexicanos éramos muy amables, que siempre estábamos dispuestos a ayudar. Me hablaron de que éramos muy alegres, siempre sonrientes y fiesteros porque siempre estábamos cantando o bailando. Las estudiantes decían que éramos muy apasionados en el amor y que eso les gustaba mucho porque sus compatriotas eran muy fríos. También me hablaron del amor en familia. Decían que aquí, en mi México lindo y querido, las familias eran muy unidas, y que se protegían mucho entre ellos. Decían que, en sus países, los hijos se iban de casa a los dieciocho años a construir su propia vida.
No se qué piensen ustedes. Tal vez estén de acuerdo, tal vez no, yo lo veo desde diferentes perspectivas, pero lo importante en este caso, es entender que cada país tiene una identidad cultural que se percibe más, tal vez correctamente, o de una manera equivocada o con sesgos, desde afuera. Siempre se tiene una visión diferente cuando se ven los toros desde la barrera.
Independientemente de los diferentes ángulos de visión que lo veamos, lo importante es que es cierto que tenemos una identidad cultural nacional.
Y es, justamente en estas fechas que renace el espíritu de la mexicanidad. Estas fechas son emblemáticas y en las que nos sentimos, o somos, más mexicanos que de costumbre.
Olga Lucía Molano, de la Universidad Externado de Colombia, dice que “el concepto de identidad cultural encierra un sentido de pertenencia a un grupo social con el cual se comparten rasgos culturales, tales como costumbres, valores y creencias, pero no se trata de un concepto fijo.”
Y creo que tiene razón, porque en cada uno de nuestros pueblos y comunidades hay diferentes costumbres que pueden ser diferentes de otras. Sin embargo, en lo general, creo que hay muchos puntos que nos unen y compartimos, como el día de muertos; el grito del 15 de septiembre; el 12 de diciembre, día de la virgen de Guadalupe; la música folclórica, especialmente los mariachis; el 2 de febrero, día de la candelaria y los tamales; más los que ustedes, queridas lectoras y lectores quieran agregar.
En fin. Reconozco que fue el haber dado clases a extranjeros, la razón por la cual decidí viajar por mi país y recorrer comunidades y zonas arqueológicas. Para conocer más a mi gente y a sus pueblos. Para conocer y familiarizarme con mi identidad. Llegué a la conclusión de que somos muy diferentes y, que, la nuestra, es una identidad formada por diferentes mosaicos comunitarios, que en su especificidad pueden ser muy diferentes, pero coincidentes en lo general.
Esta semana me iré a caminar por los caminos del sur. Andaré por las calles de Iguala de la Independencia, porque me llama la atención el hecho de que esa tierra sea la cuna de nuestra historia y de nuestra bandera. Saber que justamente en Iguala, Agustín de Iturbide, un 24 de febrero de 1821, hace ya 201 años, proclamara el Plan de Iguala, en el que se reconoció de manera oficial, la independencia de México.
Y va la anécdota: Poca gente sabe que, ese mismo día, Agustín de Iturbide encargó al sastre y peluquero del pueblo, José Magdaleno Ocampo, que confeccionara la primera bandera de México. Y, de hecho, el 21 de noviembre de 1821, por decreto, Iturbide ordenó que la bandera de México tendría las franjas verticales con los colores en el siguiente orden: verde, indica la independencia; blanco, la religión; y, rojo, que simboliza la unión.
Seguro es que visitaré el Museo de la Bandera y Santuario de la Patria para ver las réplicas de nuestras banderas a través de la historia. Y también visitaré, por supuesto, el Asta Bandera Monumental, en el cerro de Tehuehue que es considerada la más alta del mundo, y que significa un orgullo para todo el pueblo mexicano.
Confieso mi ignorancia, porque estas “pequeñas cosas” no las conocía. Y menos que Iguala, es la única ciudad mencionada en el himno nacional en la estrofa IX que dice: “y que, al golpe de ardiente metralla, de la Patria en las aras sucumba, obtendrá en recompensa una tumba donde brille de gloria la luz. Y de Iguala, la enseña querida a su espada sangrienta enlazada, de laurel inmortal coronada, formará de su fosa una cruz.”
¿Cómo no sentirse orgulloso de nuestra cultura, nuestras tradiciones y de nuestra historia?
Y a pesar de lo malo que hemos vivido y experimentado en estos tiempos de violencia, es hora de buscar juntos la reconciliación y la paz que tanto necesitamos para vivir en armonía y concordia. Es hora de crear un mejor futuro para mejorar nuestra identidad nacional.