"El papel de la cultura es la forma
a través de la cual nosotros, como sociedad,
reflexionamos sobre quiénes somos,
dónde hemos estado, dónde esperamos estar.”
Wendell Pierce
Como todos ustedes saben, esta semana estuve en la ciudad de Iguala de la Independencia, en el estado de Guerrero, para celebrar el grito de independencia. Y debo decirles que fue un tiempo muy bien invertido para conocer un poco más de mi patria y para conocer un poco más a mi gente.
Confirmo que todos somos muy diferentes, pero al mismo tiempo todos somos iguales. Diferentes en nuestros puntos de vista, en nuestras creencias, en nuestras ideologías, en nuestras maneras de ver el mundo, en la religión, en nuestras dinámicas familiares, en nuestras formas de ver el amor, en las tendencias políticas que creemos, en fin…
Y aun cuando vivimos juntos en este país maravilloso, cada estado, cada comunidad, tiene sus características particulares en cuanto a su desarrollo social, laboral, educativo y el grado de violencia en que se vive. Tal pareciera que vivimos en países diferentes. Hay estados más ricos que otros e igual sucede con la pobreza.
Tenemos que seguir insistiendo en que es importante trabajar en proyectos comunitarios para cambiar el paradigma social que nos aqueja. Los gobiernos tienen que entender que, si no toman en cuenta al pueblo, será muy difícil cambiar el estado de cosas que hoy vivimos.
Gabriel García Márquez decía que “La cultura es el aprovechamiento social del conocimiento”, y estoy completamente de acuerdo con él. Hay muchas definiciones de cultura, y ésta es una de ellas. Tenemos que aprovechar, de manera social, el conocimiento que tienen los que saben más, los que han sabido ser resilientes y han aprovechado para salir adelante y romper los paradigmas o moldes con los que vivieron, aquellos que han sabido manejar sus finanzas y han subido por la escalera de la fortuna hasta llegar a ser autosuficientes. Porque “sólo el que sabe es libre y es más libre quien más sabe. La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura”, como decía Miguel de Unamuno”. Pero no la cultura como sinónimo de seguir solamente las fiestas tradicionales, sino como sinónimo de todo el bagaje de creencias e ideologías que nos han transmitido de generación en generación. Es ahí en donde sostengo que nuestro sistema de creencias nos ha detenido de forma terrible de manera general. No hay un sistema de creencias. Hay varios. Hay algunos que son peores y nos mantienen como estamos sin poder ver más allá de nuestras narices.
Vemos el progreso de los estados del norte comparado con la pobreza de los estados del sur. Somos del mismo país y, sin embargo, vemos las diferencias enormes con los estados sureños.
Hay estudios que confirman que hay cuatro Méxicos en nuestro país, divididos de acuerdo al Diario oficial de la Federación y a las cifras presentadas por el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social), donde se aprecian unos estados del norte ricos e industrializados, un occidente con potencial, un centro apoyado por la capital del país y un sur desprotegido y marginado y que resumimos, por falta de espacio, de la siguiente manera: La potencia norteña son los estados que generan mayor riqueza, industrialización y mejores servicios públicos. Además, su población cuenta con empleos mejor remunerados. Esta zona genera cinco billones en riqueza, lo que representa el 30% del total del PIB (Producto Interno Bruto) y también genera el 63.2% del total de las importaciones.
Hace algunos años, casi tres de cada 10 habitantes vivían en pobreza, siendo Nuevo León la entidad menos afectada y San Luis Potosí la que tenía un mayor número de pobres. Toda la región tiene un nivel bajo de marginación.
El Occidente con potencial: los estados que conforman esta zona aportan en conjunto el 19% al PIB nacional y generan el 19.1% del valor de las exportaciones totales. Esta zona concentra el 38.6% de los habitantes que padecen pobreza y tiene un nivel de marginación medio.
La zona centro del país es la segunda en importancia. Genera el 32.6% del PIB nacional. La CDMX genera el 16.7%, que equivale a 2.3 billones de pesos anuales.
Esta región tiene un alto nivel de concentración de empleos, pero casi la mitad de sus habitantes padece pobreza. El 27.3% de los habitantes de la CDMX sufre de pobreza y Guerrero es el estado más pobre de la región seguido por Puebla, Tlaxcala e Hidalgo.
La región más desfavorecida es la del sur. Prevalece un fuerte rezago industrial y un alto nivel de marginación. Aporta el 17% del PIB nacional y solamente el 6.6% del valor de las exportaciones totales. En promedio, siete de cada 10 habitantes son pobres, siendo Oaxaca el más afectado. Esta zona padece también un alto grado de marginación.
Y como comentario final diré que nuestra cultura financiera también tiene que cambiar para mejorar, porque las ventajas de hacerlo son enormes, como ya ha quedado expresado en las líneas anteriores. Nuestro país es muy rico en recursos naturales. Tiene todos los recursos necesarios para salir adelante. Sólo es necesaria una pequeña herramienta. Cambiar el chip y comenzar a pensar en grande.
¿Podremos hacerlo?