"La mejor acción es la que produce la mayor felicidad
y bienestar para el mayor número de individuos
involucrados y maximiza la utilidad.”
Jeremy Bentham
Yo creo que sería a principios de este siglo, en una institución educativa particular de mucho abolengo, y en la que impartía clases de Derecho empresarial, que tomé un curso muy interesante sobre ética utilitaria. Al principio, pensaba como la gran mayoría en el sentido de la ética que había aprendido en la prepa. Frases como “no hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti” o aquella de Thomas Alva Edison: “La no violencia lleva a la más alta ética, lo cual es la meta de la evolución. Hasta que no cesemos de dañar a otros seres vivos, somos aún salvajes.” estaban muy grabadas (y lo siguen estando) en mi corazón. Por supuesto que lo mejor es actuar siempre de buena fe, respetando a los demás, siendo empáticos porque la idea es, como dice Fernando Savater: “La ética es la práctica de reflexionar sobre lo que vamos a hacer y los motivos por los que vamos a hacerlo.” Siempre buscando el bienestar de mi persona, pero respetando, también, el bienestar de los demás. Es decir, sin pasar encima de ellos para lograr nuestros propósitos.
En una de esas clases nos cuestionaron a todos sobre el siguiente hecho: Imagina que eres el jefe de la policía. Te avisan que en un centro comercial pusieron una bomba y detuvieron a los responsables del hecho. Te diriges con un grupo de agentes, y al llegar al lugar hablas con los responsables. ¿cómo te dirigirías a estos delincuentes? ¿Les preguntas de manera amable dónde pusieron la bomba? Seguramente te mandarán al cuerno. O, segunda opción: ¿Los maltratas y los lastimas para que te lo digan?
“No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti.” Fue lo que pensé (y es lo que había aprendido en la prepa). No supe qué contestar en ese momento.
El ponente dijo: “Es en esto en lo que se basa la ética utilitaria. No puedes tratar a los delincuentes como si trataras a cualquier otra persona. Tienes que obtener la verdad a como dé lugar porque todas las personas que se encuentran en el centro comercial están en riesgo de lastimarse y hasta de perder la vida. La verdad la vas a obtener a cualquier precio y a tiempo. Antes de que la bomba haga explosión.”
La ética utilitaria se basa, precisamente, en el epígrafe de este artículo: la mejor acción es la que produce la mayor felicidad y bienestar para el mayor número de individuos involucrados y maximiza la utilidad.
Interesante concepto que jamás me había planteado. La ética en general, por llamarla de alguna manera, es un concepto diferente que plantea lo que es correcto de manera general, como en la frase que ya mencioné “no hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti”, porque esa es la mejor manera de vivir. Conviviendo en armonía con la naturaleza y con las personas.
Sin embargo, hay situaciones particulares, en las que nos enfrentamos a hechos difíciles, como el de la bomba, y nuestro actuar tiene que estar dentro de la ética, pero buscando el mayor bien para el mayor número.
No es fácil la distinción entre estas dos formas de ética, llamémosles así. Pero ahora me queda claro que cuando hablamos de la vida y la convivencia en las comunidades se tiene que buscar el mayor bien para el mayor número.
También es importante mencionar que la definición de la ética, no de la ética utilitaria, siempre es la que nos conducirá de una mejor manera por los caminos de la vida. Siempre tratemos de hacer lo correcto como decía Martin Luther King: “Nunca, nunca tengas miedo de hacer lo correcto, especialmente si el bienestar de una persona o animal está en juego. Los castigos de la sociedad son pequeños en comparación con las heridas que infligimos a nuestra alma cuando miramos para otro lado.”
La ética utilitaria dejémosla para quienes conducen a las comunidades, o grupos específicos, pero aquellos que lo hagan tienen que estar impregnados de la esencia de los valores éticos que todos deberíamos tener, como el respeto, la libertad, responsabilidad, honestidad, justicia, igualdad, verdad, lealtad, humildad, equidad, solidaridad, transparencia, tolerancia, compromiso, imparcialidad e integridad, entre otros.
No es tarea fácil. Además, hay quienes dicen que todo esto se ha ido olvidando poco a poco. Si es así, es hora de retomar la ética, porque ella nos mostrará que la paz es el camino.