"No tengas miedo al fracaso.
Ten miedo de no intentarlo.”
Roy T. Bennett
Por alguna razón, la palabra que más he escuchado esta semana es emprendimiento, emprendedurismo, emprendedor, persona “aventada” para iniciar su propio negocio, y otras más que tienen que ver con ser independiente o “free lance”, como dicen algunos otros.
En uno de esos casos escuché una conversación entre estudiantes que decían que no les enseñaban a ser emprendedores en la universidad, con lo cual estuve completamente de acuerdo. Cuando una persona termina su carrera universitaria se dan muchos cuestionamientos, como hacia dónde se va, si uno debe buscar un empleo o “aventarse” a crear su propio negocio.
En mis tiempos universitarios el objetivo siempre fue conseguir un buen empleo que te diera la “gotita” continua de dinero cada quincena. Pero actualmente, y creo, debido a lo difícil de conseguir un empleo digno, muchos jóvenes buscan otras formas de hacer dinero. Y claro, los salarios tan bajos que existen hoy en día, hacen que busquen otras oportunidades. Y, además, debo decir que, en mis tiempos de niño, un salario era suficiente para que la familia viviera de manera decorosa. Por eso también era más fácil que alguien se quedara en casa cuidando a los hijos, principalmente la mujer.
En estos tiempos si alguien quiere tener una familia y quiere vivir mejor, es necesario que los dos trabajen, porque un salario no es suficiente. Eso ha traído otras consecuencias, entre ellas que se descuide a los hijos. Pero, por otra parte, la dinámica actual también tiene otras vertientes, como el hecho de que la mujer también pueda ser independiente y no tenga que estar esperanzada a que el hombre sea el proveedor porque, hay que reconocer, esa dependencia ha causado estragos en el desarrollo de la personalidad femenina.
Pero regresando al tema, el hecho de ser emprendedor hoy en día, es fundamental para el óptimo desarrollo de una persona si es que quiere tener una mejor calidad de vida.
En un estudio que realizó la Asociación de Emprendedores de México se menciona que los emprendedores en nuestro país son jóvenes de entre 26 y 35 años. Y las razones por las que una persona se dedica emprender, más que el sueño de tener su propia empresa, es el hecho de se necesita otro ingreso, es decir, la necesidad los empuja a buscar un ingreso extra cuando lo contrario sucede en otros países como Estados Unidos, Australia y Canadá en donde los emprendedores buscan iniciar un negocio persiguiendo una pasión. Buscando un sueño.
El Inegi muestra en sus estudios que los sectores de negocios preferidos por nuestros jóvenes son comida, belleza y tecnología. Y en éste último prefieren software, gadgets, servicios digitales, celulares y videojuegos.
Por otra parte, estos nuevos emprendedores coinciden en lo importante que es tener presencia en el mundo digital. Y en el caso de las mujeres se realizó una encuesta entre varios países, y quedó demostrado que México está en el tercer lugar con un porcentaje de 59% sólo por debajo de Australia, con un 62%, y Estados Unidos con el 60% de participación femenil. Lo que significa que cada vez hay más mujeres que buscan tener su propio negocio. Y su participación en el mundo cibernético establece que el 90% de las empresas creadas por mujeres tienen presencia digital y el 54% tiene ventas digitales, lo cual es muy relevante.
E igual que el hombre, el 24% de los negocios emprendidos por mujeres iniciaban sus negocios por necesidad de incrementar sus ingresos y un 22% pretende una flexibilidad de horario para continuar con sus actividades de trabajo no remunerado, es decir, trabajo doméstico y cuidado de los hijos.
Como podemos apreciar, el emprendimiento en México se consolida día a día, y por esa razón, es de fundamental importancia que los padres de familia hagan a un lado sus prejuicios en ese tema, porque son ellos, principalmente, los que les quitan los deseos a sus hijos e hijas para emprender. Y, por otro lado, también los hijos tienen que entender que los consejos de los padres son hechos con amor, y temor, hay que admitirlo, pero, sin embargo, al vivir en estos tiempos es necesaria la adaptación.
El emprendimiento favorece la economía del país. The Global Competitiveness del World Economic Forum, (la Competitividad Global del Foro económico Mundial) afirma que México es un país cuya economía está basada en la eficiencia. Es un país atractivo para emprender puesto que tiene un gran porcentaje de consumo interno, es decir, el tamaño del mercado es atractivo.
Sin embargo, y aquí viene el reproche para el gobierno, el país tiene una característica vulnerable que inhibe el emprendimiento: sus instituciones. Y desde aquí elevo una queja porque eso yo lo viví. Pareciera que con tantas trabas que te ponen para abrir un negocio, para realizar trámites, para importar insumos o productos para tu negocio, la intención es que no haya emprendedores en México. Además, existen otros factores, como la inseguridad, la violencia o la incertidumbre, que son desalentadores para el espíritu emprendedor.
A pesar de eso, estoy seguro que cada vez veremos en el escenario más y más negocios productivos y confiables que harán del nuestro, un país con más oportunidades, trayendo más tranquilidad, estabilidad económica y seguridad para las familias, por lo que, como consecuencia, también contribuirán a la construcción de una cultura de paz.