"Olvídese de cumplir años
y empiece a cumplir sueños.”
Javier González
Este artículo está siendo escrito por la tarde del domingo, después de haber impartido un curso taller sobre resiliencia a enfermeras del Hospital Parres, una presentación del arte de la magia, y un ensayo de la banda rockera que armamos cuando teníamos diecisiete con mis amigos preparatorianos, y que volvió a reunir a sus integrantes durante la pandemia para sentirnos vivos y darnos ánimos para continuar la vida.
Y es, en este marco, que salieron varios temas relacionados con la tercera edad. Todos los dejaré a un lado por este momento (ya los trataré en próximas ocasiones), excepto el que tiene que ver con el tema de este artículo, continuación del anterior.
Cuando hablamos de emprendimiento, de negocios creados, pareciera que sólo se tratara de los jóvenes emprendedores, pero en realidad, el emprendimiento, las ganas de crear un negocio no corresponde sólo a la juventud, las personas mayores y las de la tercera edad, también tienen sueños, y, a veces, también, la necesidad los empuja a emprender en un negocio, sea porque no tendrán jubilación o pensión y desean tener un mejor futuro en lo que les queda de vida.
La realidad, es que la vejez llega de repente. Sin avisar, Y cuando más descuidados estamos. Apenas vas llegando a los cuarenta y a la siguiente mañana, cuando despiertas, ya tienes cincuenta y tantos. Y en ese sentido, porque llega sin avisar, es importante que todos nos pongamos una fecha, para ir preparando todas las cuestiones de seguridad en la vejez. En el caso de mi generación, revisar las condiciones de la pensión o jubilación si es que soy acreedor a alguna de ellas, si es que se puede participar en la modalidad 40 para aumentar mi pensión. Si no soy sujeto de pensión, pensar en qué tipo de negocios puedo emprender para que la vejez no me agarre desprevenido. Y peor para los que nuevas leyes les afectan no teniendo posibilidad de jubilación ni pensión. Para ellos, el futuro es más difícil. Y por eso, es importante planear y prever el futuro.
Las buenas noticias son que hay que ver el lado positivo de la vejez. No tiene por qué verse como lo hemos aprendido en nuestra cultura, en la que se dice que las personas adultas mayores ya no tienen fuerzas o razones para continuar, y las hacen a un lado, sin darse cuenta que hay muchos de ellos que tienen muchos sueños y proyectos por cumplir.
John Nittel se niega a esos prejuicios diciéndonos: “Se es viejo cuando se tiene más alegría por el pasado que por el futuro. Es obvio, que los adultos mayores no se deben quedar en el pasado. Hay mucho por hacer, muchas razones para vivir. Viktor Frankl, el conocido escritor y neurólogo afirmaba que “El hombre se autorrealiza en la misma medida en que se compromete con el cumplimiento del sentido de su vida.”
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la población de más de 60 años está creciendo a tasas de 20% cada cinco años, con una esperanza de vida que va en aumento (actualmente, es de 74 años), es decir, hay probabilidades que un adulto mayor sobrepase la media de esos 74 años.
Independientemente de si un adulto mayor tiene pensión o jubilación, la idea de emprender un negocio no es descabellada. En estos tiempos tan cambiantes que vivimos, la experiencia de las personas adultas mayores puede coadyuvar a la creación de negocios diversos en unión con los jóvenes que tienen el empuje, pero que no cuentan con la experiencia necesaria.
Pero, si, por otro lado, un adulto mayor desea tener su propio negocio, hay ciertas tendencias actuales en la que podría hacerlo, por ejemplo, la renta de habitaciones que ya no ocupe en su casa, claro, siempre analizando a sus posibles clientes por razones de seguridad; en caso de tener un auto, puede ponerlo a trabajar en esas aplicaciones que ya conoces, para transportar a alguien; si tienes ciertos conocimientos o habilidades, puedes organizar cursos temáticos; y, estás últimas que te voy a mencionar, no son ideas absurdas, al contrario, debido precisamente, a las tendencias actuales, hay varios canales en diversas redes sociales como youtube o Facebook que han sido aprovechadas por personas adultas mayores y que publican recetas de cocina, clases de herrería o de carpintería, entre otros temas, y que ya están monetizando, como se dice ahora.
En fin, la cuestión es entusiasmarse, tener proyectos a futuro y, sobre todo, perder el miedo. Ese miedo que ataca a todas las personas, hombres y mujeres sin importar la edad, y que no permite intentar nuevos proyectos. También deja a un lado el temor a las nuevas tecnologías. Nunca es tarde para aprender. Ya verás que es muy fácil.
La vejez ya está aquí. Y, parafraseando nuevamente a Viktor Frankl, recuerda que “cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”.