"Una sociedad que cuida y se preocupa
porque los adultos mayores tengan bienestar,
es un indicador de dignidad colectiva.”.
Anónimo
Albert Einstein decía que se ha vuelto terriblemente obvio que nuestra tecnología ha superado nuestra humanidad. Yo creo que depende mucho de la perspectiva desde la que se vea. La tecnología, en mi opinión, debe tener el objetivo de facilitar y optimizar la vida del ser humano. Obviamente, el hecho de “facilitar” la vida puede ser sinónimo de caer en la flojera, en opinión de algunos. Cada persona tiene la libertad de opinar lo que considere.
Pero en el caso de los adultos mayores, creo que sí es muy importante el desarrollo de estas tecnologías que ayuden en una situación complicada o de emergencia.
En mi artículo anterior hablaba de la “teleasistencia” para adultos mayores que se ha implementado en varios países.
De acuerdo al sitio web Fundación Alzheimer España, “la Teleasistencia es un servicio preventivo de asistencia domiciliaria, inmediata y permanente, para la atención de las personas mayores, discapacitadas o con elevado nivel de dependencia, que satisface y moviliza los recursos tecnológicos y sociales necesarios para resolver cualquier situación de necesidad o emergencia y que tiene por objetivo mejorar la calidad de vida de los usuarios facilitando el contacto con su entorno social y familiar, y asegurando la intervención inmediata en crisis personales, sociales o médicas para proporcionar seguridad y contribuir decisivamente a evitar ingresos innecesarios en centros residenciales.”
La teleasistencia puede tener varias modalidades o sistemas: el sistema activo consiste en que el usuario activa una señal de alarma a través de un dispositivo que emite la señal de alarma a la terminal que está conectada a la línea telefónica o a un dispositivo lleva colgado a su cuello o a una pulsera; el sistema pasivo se refiere a una alarma que se activa cuando una función no se realiza durante un cierto periodo de tiempo o por causas como un incendio, fuga de gas o un desperfecto del sistema, por ejemplo, falla en el autochequeo del sistema médico que está usando el adulto mayor; y, por último, está el sistema semiactivo. Éste se da cuando la central que ofrece el servicio se pone en contacto con el usuario a una hora preestablecida.
La teleasistencia en España puede ser gratuita o privada. Naturalmente hay que entender que en el caso de teleasistencia para adultos mayores, ésta está disponible para todos a través del sistema de salud pública, por lo que hay mucha demanda y a veces hay que entrar en una lista de espera.
En el caso de la teleasistencia privada, se activa mediante un contrato con una empresa dedicada a estos servicios, cuyos precios dependen del tipo de servicio que se requiera. Estos servicios van desde accidentes y emergencias médicas, atención a la salud, necesidades personales en el hogar como acompañamiento y transporte asistido; y el último paquete que atiende otras necesidades personales como programas de entretenimiento, cursos y asistencia a eventos, conciertos y conferencias. Esta última información fue obtenida de un sitio web de la Ciudad de México.
En el caso de los países europeos, hay planes de teleasistencia para adultos mayores que tienen un costo de 31.90 euros mensuales más un costo de 68.00 euros por darse de alta en el sistema. Le dan un reloj a la persona adulta en el que le dan atención especializada 24/7, tiene un dispositivo de geolocalización, cuenta con detector de caídas, tiene una app para estar en contacto con sus familiares y un programa de bienestar integral, entre otras cosas.
Como puede observarse, esta necesidad de los adultos mayores es un gran negocio, muy lucrativo, de lo contrario no existirían estos servicios.
Pero en el fondo, es una necesidad humana que bien debería ser atendida por los servicios de salud pública. Se tienen que considerar de manera inmediata estas necesidades de las personas adultas mayores para tener una dignidad colectiva, como dice el epígrafe que acompaña a este artículo.
Las personas adultas mayores son un grupo creciente. La gente tiene expectativas más altas de longevidad, pero precisamente por la edad, sus reflejos, su fuerza, su resistencia ya no son los mismos, y, por tanto, requieren de mucho cuidado.
Sin embargo, hay que aprovechar el uso de las nuevas tecnologías. De manera general se puede adquirir un reloj que tiene las características de los servicios que ofrecen las instituciones privadas mencionadas anteriormente. Su precio es de un poco menos de los tres mil pesos. Dicho reloj lo pueden configurar para estar en contacto con su familiar en caso de un accidente o caída.
Puede buscarlo en las plataformas de venta por internet como: reloj inteligente de detección de caídas, dispositivos de alerta de caída para personas mayores, smartwatch 4G con GPS instantáneo y videollamada.
Yo sí considero su uso en lo que se expiden leyes a favor de las personas adultas mayores y de teleasistencia para las mismas. El tiempo no se detiene. Construyamos una vida mejor para nuestros adultos mayores. Para que vivan en paz y con dignidad.