“Y cuando me vi al espejo era yo un monstruo, me salió el tiro por la culata”.
Pues ahí me tienen que aprovechando las ofertas del Buen Fin. Y la experiencia que viví no fue de lo mejor.
La verdad es que no me la pensé mucho cuando llagaron a mi correo las ofertas de una clínica de belleza para el tan esperado Buen Fin.
Así que sin dudarlo llame y agende mi cita para un procedimiento llamado “Aquashine, la revolución en rejuvenecimiento facial” así me lo vendieron y así me convencieron. Y sin investigar más “pum” me lance a tan atractivo plan; me imagine luciendo en pocas horas súper radiante con una piel de quinceañera, sin arrugas, lisa, sin poros abiertos, mi sueño desde que deje atrás los 15.
Llego el tan deseado día y la hora de mi cita en la clínica, hasta me peiné, porque me dije vas a salir de ahí y vas arrasar, vete lista Laura, aja.
Bueno entrando enseguida limpiaron mi cara y me pusieron en todo mi rostro anestesia en pomada. Pasaron varios minutos (hasta me quede dormida) cuando la doctora volvió a entrar al consultorio; me dijo que me inyectaría el ácido hialurónico en tres tandas y que dolería poco, pensé ok puedo con eso y empezó…
Mientras hacia su trabajo me explico de que se trataba el procedimiento, yo no me di a la tarea de investigar, tache para mí. Me contó que es un tratamiento revitalizador de la piel con Acido Hialuronico (AH) no reticulado y complejo peptídico rejuvenecedor. Es un filler anti arrugas y rejuvenecedor de la piel compuesto por ingredientes bioactivos incluyendo AH, multivitaminas y aminoácidos.
Y sus beneficios es que reduce las arrugas y mejora la elasticidad de la piel generando nuevas células.
Revitaliza la piel cansada maxificando la proliferación de células y reduciendo los problemas en la piel.
AH puro que hidrata la piel y cierra los poros.
Hasta ahí íbamos bien ya que en realidad no es dolor lo que siente mientras la intervención es más bien algo de molestia. Terminó su trabajo y me dio a conocer los cuidados posteriores.
Me levanto de la silla y le pido un espejo, lo que vi me volvió loca por unos minutos… mi cara estaba completamente llena de ronchas, parecía que me había dado varicela o que me había atacado un cuartel de abejas asesinas, mi horror no lo puedo expresar.
Para calmarle la doctora me dijo que esos volcanes en mi cara bajarían en un par de días ¡QUE! un par de días replique; entonces ella me dijo bueno depende de cada persona a unas se les baja a la mita al siguiente día y otras les dura hasta cinco días ¡QUE!
Pagué, tuve que pagar, pues fue también mi error no preguntar las consecuencias del tratamiento. A partir de ese momento ame el cubrebocas, porque tapa la mitad de mi cara y mis lentes de sol la otra parte, gracias Dios.
Llegando a mi trabajo donde me tuve que quitar los lentes y el cubrebocas, la gente me veía con lastima, pensaban pobre “que rara enfermedad padecerá”.
Mis familiares todos me dijeron ¡pero que te paso porque tienes la cara así! y yo les decía “aunque no lo crean esto es un tratamiento de belleza”.
Aunque la verdad parecía todo lo contrario; tenía la cara llena de granos que parecían escamas, las ojeras se acentuaron, fatal… para que se den una idea mi sobrina la chiquita me dijo “pareces un X Men, esa azul que se convierte en pez” snif.
De verdad las mujeres hacemos cualquier cosa por lucir mejor, por lucir más jóvenes, y está bien solo hay que informarse de lo que le van a poner a uno y sus posibles efectos secundarios.
Al día de hoy que escribo esto estoy en mi segundo día y las “rochas” ya se desinflaron prácticamente todas y las que me quedan se notan ya menos. El protocolo dice que es una aplicación cada mes por tres meses para poder gozar de los beneficios del tratamiento, así que ya les estaré contando que tal funciona esto.
Hasta la próxima.
#Bellezaacualquiercosto #Siemprejoven #Antesmuertaquesencilla