“Relacionarnos con personas así puede tener consecuencias psicológicas importantes como son la inseguridad, baja autoestima, confusión, autoinculpación, vergüenza…”
Hace ya algunos años mantuve una relación con un hombre que, al principio me trató como reina. Se desvivía por mí, era extremedamente cariñoso y detallista. Tanta atención me hizo sentirme realmente especial. Caí redondita.
Yo no conocía la palabra nacircista; y aunque hubo no una sino muchos focos rojos, yo nunca las alcance a ver o mas bien no quise darles la dimensión real a esas acciones.
Una persona narcisista es aquella que reacciona a la crítica con sentimientos de rabia, vergüenza o humillación. Aprovecharse de otros para lograr sus propias metas. Tener sentimientos excesivos de egocentrismo.
¿Cuando sus atenciones empezaron a cambiar? no sé, no me di cuenta. Cuando vi ya había aguantado demasiadas humillaciones y ataques verbales y hasta físicos.
De las flores y detalles pase a los insultos como por ejemplo, “ay mi flaca tan tontita” o “como crees tú no vas a poder hacer eso, no puedes” y otras tantas cosas más. Creo que al final era su falta de autoestima porque se sentía inferior a mí y por eso trataba de hacerme sentir menos que nadie. Y cuando digo que hubo hasta ataques físicos, no fue por parte de él, peor… fue por parte de su familia, su hermana, que creo que estaba locamente enamorada de su hermano y por eso sentía ese odio por mí. Bendito Dios ya estoy bien lejos de todos ellos.
Como buen “loquito” me hacía miles de chantajes. Decía que tenía una extraña enfermedad y según él le daban ataques hasta perder la conciencia. Lo actuaba siempre vía telefónica, obviamente para que yo no me diera cuenta que en realidad era una actuación, seguro se carcajeaba cuando yo me tragaba su cuento.
De ser un príncipe paso a ser un celoso con el que viví un infierno. Lo hizo todo, desde poner su huella en mi teléfono, hasta mandarle mensajes a mis amistades y exs… checar mis entradas y salidas, chantajes para que no me viera con mis amigas… y más.
Se aburrió de mí y puso (gracias a Dios) sus ojos en otra mujer, y se fue… uffff
Hasta la próxima.