Bueno, bueno, el 8 de marzo pasado circularon por las redes sociales una cantidad enorme de memes sobre nosotras, casi todos alentadores, haciendo honor a nuestras posibilidades de dar vida, de ser palomas para infundir libertad, ser leonas para defender a los nuestros, ser sirenas para cautivar !sin importar si caminamos acompañadas o solas! ¡nunca nos rendimos! Morimos en la raya.
Y como ¡no! si lo hemos aprendido de generación en generación. En mi caso nacer, crecer y madurar como mujer, ha sido lo ¡mejor que me ha pasado en la vida!
Además crecí en una familia donde de ocho hijos, siete fuimos mujeres, ¡así como lo oye! Claro, ¡adivinó! Eso no podría “degenerar” (ja, ja, ja) más que en un divertídisimo matriarcado, complicado, competitivo, solidario, cómplice y muy, muy ¡hormonal!
Todavía recuerdo las entretenidas sesiones nocturnas para desmaquillarnos, ¡todas juntas! con la lideresa (mamá) incluida, unas verdaderas tertulias.
Y conforme pasan los años ¡el clan crece! porque a las hermanas se suman las amigas, las primas, las sobrinas, las hijas, las nietas, ¡uff! Con interesantes y divertidas conversaciones, a veces sosas, a veces llenas de indignación, otras tantas con una profunda convicción, pero siempre apoyando al género y enriqueciendo nuestras vidas a través del intercambio de experiencias y el otorgamiento solicitado o no, de consejos bien intencionados.
Y así, siempre acompañadas unas de otras, porque aún pintando totalmente la cabeza de canas y aún con dificultades físicas para andar solas, no nos rendimos, nos hablamos, nos apoyamos, nos buscamos, nos reunimos. Tal es el caso de Tere, una linda señora que no obstante andar en la octava década de vida y caminar con dificultad, no falta al desayuno semanal con sus amigas. Eso es ¡gozar la vida! y cultivar una sana complicidad.
Confío en que las mujeres de este país y de este mundo se sientan muy orgullosas de haber nacido en esta condición y si fuera el caso de que por motivos ajenos a ellas, de carácter social, religioso, moral o político, estén siendo relegadas, maltratadas, abusada o ignoradas, les digo que no dejen de luchar y resistir porque el cambio llegara y sus derechos y el respeto a su persona será reconocido. ¡Feliz Día Internacional de la Mujer!