Cierto, Nereo Bandera Zavaleta no puede conseguir el mínimo acuerdo que requiere para ir concretando el proyecto, que ciertamente se antojaba novedoso, especialmente para quienes por miles, acuden cada inicio de semana a realizar compras, desde diversos puntos del estado y hasta de fuera de él.
La obra, entre otros conceptos, contemplaba la instalación de dos enormes naves de estructura metálica, con un circuito exterior que serviría incluso para que las unidades del servicio público del transporte pudieran circular hasta el fondo, dando más vida a quienes comercializan lejos de la avenida principal.
Además, se trata de un desarrollo financiado por una empresa de origen poblano a la que los tianguistas le irían pagando mensualidades no tan gravosas. Los costos oscilan entre los 90 mil y los poco más de 200 mil pesos, dependiendo de la superficie del local.
Todo eso se nos antoja aún menos importante, porque de lo que se trata, en todo caso, es preferenciar a los consumidores y la propuesta eliminaría casi cualquier posibilidad de que la delincuencia haga de las suyas como ocurre en estos momentos.
Es realmente alarmante lo que viene ocurriendo en ese sentido en el tianguis, los raterillos de mala muerte y hasta consumidores de drogas hacen de las suyas contra los incautos visitantes, en plena luz del día y sin que autoridad alguna ponga remedio, despojan a las señoras de sus pertenencias. Por eso decimos que el proyecto era interesante, pero la debilidad del Presidente lo tiene casi al borde del fracaso.
Lo último que sabemos es que durante una reunión de Nereo con los tianguistas, prácticamente le reventaron la obra y acabó perdiendo la cordura y hasta insultando a sus interlocutores, seguramente por impotencia e incapacidad.
Será muy triste que ésta tan bien diseñada posibilidad se nos fuera de las manos, claro, tampoco es toda la culpa del alcalde, los comerciantes son parte central de lo que pueda ser un fracaso, porque sólo piensan en sus intereses, no están dispuestos a dar nada a cambio ni por quienes compran sus mercancías. Es algo muy común entre mexicanos.
Pero en caso de dar marcha atrás, las repercusiones serían en diversas bandas, porque cabe decir que algunos políticos de mediana y pequeña estatura concibieron la construcción en comento, como una plataforma de lanzamiento hacia posiciones electorales en el futuro inmediato.
La visión de éstos es que la inversión significaría para el Ayuntamiento temixquense un posicionamiento social, que podría con facilidad justificar que algunos colaboradores del alcalde buscarán otra posición en las elecciones del 2012.
Todo lo anterior puede por lo tanto representar mucho para ellos, pero en contra, porque a cerca de año y medio de Gobierno de Bandera Zavaleta, la queja que se multiplica en la opinión pública es que no hay inversión social, acaso algunos remiendos en Acatlipa y eso porque de ahí son la mayoría de quienes tienen trabajo en la comuna, incluyendo al propio edil.
Era una muy hermosa idea, que efectivamente despertó el sueño de muchos, pero cuando en lugar de colaboradores capaces y comprometidos con los gobernados se da preferencia a amigos, parientes y recomendados, las cosas no salen y eso es lo que está aconteciendo en Temixco.
Lástima por Nereo, porque tuvo un buen inicio, cosa contraria a lo que pasaba con su homólogo Manuel Martínez Garrigós en la capital estatal, pero éste último ya se puso las pilas y el de Temixco parece estar perdiendo terreno.
El proyecto del tianguis está pues al filo de la navaja, si el alcalde no demuestra fortaleza ejerciendo un acto de autoridad, puede irse despidiendo de algo que le hubiera dado posibilidad hasta para buscar una diputación local o federal al terminar su gestión, sin embargo el mundo no es para los débiles, desleales y carentes de compromisos y acuerdos.
1 comentario
Hey
En realidad se trata d eun negocio contrario a la ley y… Compartelo!