Ojala que esto del "Acuerdo estatal por el desarrollo, la justicia, la seguridad y la paz", en específico, "Acuerdo Morelos", no sufra el mismo destino, el baúl de los recuerdos, porque visto desde el punto de vista descriptivo, se antoja bastante interesante, es decir casi el remedio a nuestros males y no se diga en materia de seguridad.
De entrada, se nos antoja una buena estrategia, por lo menos da fe de la relación de civilidad entre los tres poderes de Gobierno y otros sectores, empresariales, comerciales y campesinos que son firmantes del famoso acuerdo.
Y como el largo slogan lo refiere, van en busca de encontrar acuerdos que mejoren los niveles de desarrollo económico estatal a través de la inversión, buscan reestructurar, si es posible, los viciados esquemas de impartición de justicia -es aquí donde enfrentaremos los primeros peros- para ser más equilibrados.
Las fuerzas en su conjunto tratarán de garantizar paz y tranquilidad a los morelenses con una mejora en la seguridad, rubro que igualmente lo vemos en chino, porque del dicho al hecho...
Más o menos en esto consisten los acuerdos y compromisos, pero ojala que nos equivoquemos y que empecemos a ver un cambio positivo en todos los sentidos, no obstante, sinceramente no sabemos por donde pudiera darse.
Al final de todo, lo que se necesita es dinero, muchos recursos para forzar una transformación casi radical en varios sentidos y es lo que no tenemos en este momento.
Mire, se dijo que se cambiará y saneará todo aquello que esté mal en el Poder Judicial, la Secretaría de Seguridad Pública, la Procuraduría General de Justicia, ¿podrá esto ser cierto? Como dice aquella expresión, de ser así, ¿quién va a cerrar las puertas?
Sensatamente y ateniéndonos a nuestras experiencias de tantos sexenios, decimos que solamente para cumplir a cabalidad este punto se necesita mucha voluntad y hacer a un lado fuertísimos intereses de gente del sector oficial metida en los negocios de la delincuencia.
Bueno, acorde con los documentos firmados, el sector educativo saldría ampliamente beneficiado, porque con el solo hecho de eliminar todo viso de violencia al interior de los planteles, ya estaríamos ganando, pero el compromiso llega hasta el ámbito cultural y más allá.
¿Saben por dónde y a raíz de qué debió articularse esta idea de un "Acuerdo Morelos? Como una respuesta anticipada a la marcha que en estos momentos se dirige a la Ciudad de México en reclamo de justicia y seguridad, por ahí viene la cosa.
Y como a todos los niveles de Gobierno y a los tres poderes locales compete enfrentar este escenario desafortunado, pues tenían que armar algo gordo para equilibrar las circunstancias y mostrar ante los gobernados que se "trabaja" duramente por mejorar las condiciones sociales por las que hace buen rato pasamos y que no corresponden a un estado de derecho.
Incluso, para poder homologar salarios de quienes integran los cuerpos de seguridad se deberá realizar un excelente esfuerzo y ahí sí le estarían pegando a algo interesante, porque si algunos policías llegan a enrolarse en la delincuencia, es porque lo que ganan no les resuelve sus necesidades.
Las cosas no están nada fáciles, a nivel de propuesta se antoja algo lógico e incluso nada nuevo, porque la responsabilidad de quienes nos representan en el Congreso local, el Poder Ejecutivo o desempeñan cargos en el Tribunal Superior de Justicia es cumplirle al pueblo con resultados, cosa que no han hecho y si para lograrlo deben "comer en el mismo plato", pues que lo hagan, pero que cumplan con lo que prometieron.
Sin embargo, tendremos que conceder el beneficio de la duda, dejar que el tiempo ponga las cosas en su lugar y a lo mejor en verdad acaban cumpliendo, sería una afortunada sorpresa, pero seguimos teniendo el temor de que todos esos discursos se diluyan en el tiempo y con la proximidad del ambiente preelectoral, a todos se nos olvida lo que aquí se ha dicho.
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